Refrescante y bebible, el Spritz - o como lo llamamos en Véneto "el spriss" hoy en día es considerado el rey de los cócteles en el norte de Italia y más allá: con su sabor delicado y su contenido moderado de alcohol es adecuado en cualquier momento, durante una comida, después de un largo día de trabajo y también en veladas festivas con amigos.
Pero, ¿de dónde viene este espumoso aperitivo?
La primera teoría atribuye los méritos a los trabajadores venecianos, más precisamente a los trabajadores del Arsenal de Venecia. Estamos en el año 1500, Venecia, llamada la Serenísima, era un estado muy grande y poderoso en aquella época. Sus dominios se extendieron por varias islas y franjas costeras y su economía era más próspera que nunca. En respuesta a la amenazante expansión de Milán, Venecia decide iniciar su expansión hacia el interior. Durante ese período, gran parte de la economía local estaba sustentada por la industria naviera. Por ello se prestó especial atención al complejo de astilleros del Arsenal de Venecia. Los trabajadores que trabajaban allí podían presumir de un trato preferencial por parte de la Serenissima, que reconocía todo su valor. Una de estas "concesiones" que pudieron disfrutar consistió en un "bocadillo" un tanto especial: galletas y una copa de vino diluida en agua fresca de pozo. Aquí nació el ejemplo primordial del spritz. Es bonito imaginar cómo Andrea Palladio, sentado a la sombra de una obra que él mismo diseñó, disfrutaba de un merecido descanso bebiendo un buen vaso de spritz para regenerar fuerzas y refrescar su mente.
Sin embargo, existe otra versión sobre el nacimiento del Spritz. Una segunda versión, probablemente más creíble, dado también el origen del propio nombre. Seguimos en Venecia, pero a principios del siglo XIX, cuando la Serenísima estaba en lenta decadencia y acabó rindiéndose a los invasores Habsburgo. Los soldados austríacos solían disfrutar de una buena copa de vino en sus tabernas. Cuando llegaron al Véneto quisieron continuar con sus tradiciones, pero chocaron con los vinos blancos particularmente fuertes de la zona. Como el contenido de alcohol era demasiado alto para su paladar, pidieron a los posaderos que rociaran la copa de vino con un poco de agua con gas. En austriaco, "Spritzen" significa "rociar".
A principios del siglo XX, la costumbre del "sprissetto" se arraigó cada vez más y comenzaron a extenderse los sifones para agua Seltz, que también hacían gaseosos los spritzets elaborados con vinos blancos tranquilos. Una jugada ganadora, que hace que hombres y mujeres aprecien aún más la bebida, que aprecien su carácter ligero y aún más bebible.
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