Villa Caldogno es un ejemplo de arquitectura palladiana de productividad, laboriosidad rural y prestigio de la familia que se instaló allí en 1565.
Pero Villa Caldogno esconde a los ojos del transeúnte un tesoro invaluable dado por los ricos frescos en su interior nacidos de la inventiva y la mano hábil de Giovanni Fasolo, Battista Zelotti y Giulio Carpioni.
Entre los temas que van desde la mitología hasta la literatura, se destacan los relacionados con las actividades de la villa: entretenimiento, juegos, eventos sociales, decoran la logia y el salón central en un triunfo de bellas ropas y charlas de alegres compañías.
Entre juegos de cartas y músicos que alegran la tarde con sus melodías, también hay espacio para la merienda: dos enamorados están a punto de morder los bussolà venecianos, los típicos dulces con forma de rosquilla.
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