Lo que Giangiorgio Trissino había sido en la primera parte de mi historia, los hermanos Barbaro lo fueron en la segunda. Entre los patricios más importantes de Venecia, una familia históricamente vinculada a la Iglesia, tanto Daniele como Marcantonio sabían también mucho de arquitectura, así como de la importancia simbólica de su lenguaje. Mis obras, en Venecia, eran un acto político...
Su villa es quizá la más rica de todas: el ciclo de frescos de mi amigo Veronese es abrumador. Las esculturas de Vittoria están llenas de amor, honor y riqueza.
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